Antonio Espejo, surfista andaluz residente en Santander donde trabaja como oceanógrafo, es también un activo miembro de RESPECT y comparte con el resto de socios la preocupación sobre el daño que hacen las dragas a nuestras olas, y en particular el flagrante caso de El Palmar. Desde RESPECT, pretendemos contar con el respaldo social necesario para que nos tengan en cuenta a la hora de tomar decisiones cómo estas que nos afectan de manera importante; el siguiente artículo nos acerca a este tema desde una perspectiva mas técnica.
foto Ramon Bollo
Todos sabemos la fuerte presión urbanística que soportan las playas andaluzas, el turismo de sol y playa se presenta hoy por hoy como una de las principales fuentes de ingresos en España y especialmente en Andalucía.
Hoteles, restaurantes, escuelas de deportes náuticos etc. viven directamente de los miles de visitantes que pasean por nuestras arenosas playas verano tras verano. Urbanizaciones enteras aparecen cada año en nuestro litoral, en ocasiones, muy cerca del limite del dominio público marítimo terrestre incluso asentadas en el sistema dunar.
Esta presión, junto a causas externas como son la subida del nivel del mar debido al cambio climático o la subsidencia de la placa continental en parte de la franja litoral andaluza, hacen que muchas de nuestras playas se encuentren en su mayoría en un estado erosivo, retrocediendo de forma natural unos centímetros cada año. Este hecho no resultaría ningún problema si las urbanizaciones se hubieran construido a una distancia prudencial de la costa y se hubiera respetado el sistema dunar, pues el sistema duna-playa es capaz de adaptarse a estos cambios paulatinos. La presión urbanística, el turismo y el retroceso de la línea de costa son los motivos por los cuales las administraciones públicas, ayuntamientos y demarcaciones de costas, se plantean la regeneración periódica de ciertas playas que se presentan como enclaves estratégicos para el desarrollo del sector turístico.
A finales del verano de 2008 muchos de nosotros vimos como una inmensa draga empezaba a escupir arena en la playa del Palmar. Al ver aquello a más de uno se le ocurrió preguntar: ¿Cómo afectará esta intervención a las olas que frecuentemente rompen en este valioso “spot”?
Ya ha pasado mucho tiempo desde que se realizó el aporte de arena en la playa y muchos temporales han descargado su furia sobre la misma, sin embargo este invierno el Pamar no ha ofrecido las sesiones épicas que nos brindo en inviernos anteriores, el por qué es lo que intentaré explicar de la manera más sencilla posible.
Si consideramos que una playa es estable, ni crece ni se erosiona, podemos decir que esta se encuentra en equilibrio dinámico, esto es, aunque la playa cambie de forma (más estrecha en invierno que en verano), o las barras de arena cambien su posición, por término medio la playa presenta unas características geomorfológicas que se mantienen a lo largo de los años. Así las playas de las Landas francesas se caracterizan por presentar mucha pendiente en la zona intermareal mientras playas del sur de Portugal presentan una pendiente más suave, aunque como todos sabemos la pendiente de la playa puede variar cíclicamente de invierno a verano como respuesta a la severidad del oleaje dominante en cada temporada pudiendo distinguir entre el perfil de invierno (pendiente más suave) y el de verano (pendiente más pronunciada). Los científicos clasifican las playas en función de la pendiente media del fondo y distinguen tres grandes grupos, de menor a mayor pendiente del fondo encontramos playas disipativas, intermedias y reflejantes, esta diferencia en el fondo se traduce en formas de rotura de la ola también diferentes. Ni las playas totalmente disipativas ni las totalmente reflejantes ofrecen olas surfeables, en las playas disipativas las olas se desmoronan muy lejos de la orilla y de forma muy suave mientras que en las playas reflejantes las olas rompen tan cerca de la orilla y tan violentamente que solo algunos “ bodyboarders” son capaces de pillar alguna ola, por lo que el surf se suele practicar en playas intermedias, ni reflejantes ni disipativas.
Que una playa se encuentre en uno de los tres estados morfodinámicos descritos (disipativas, intermedia y reflejante) depende por un lado, del diámetro de grano que forma la arena de la playa y por otro de las condiciones de oleaje que sobre ella actúen. Los cambios en el oleaje son cíclicos, en invierno tenemos más olas que en verano, por lo que la playa responderá adaptando su perfil cíclicamente. Sin embargo, si cambiamos el diámetro de grano, aportando materiales externos al sistema playa-duna, puede que el cambio no tenga vuelta atrás, modificando para siempre la pendiente del perfil y la forma de las barras y consecuentemente la forma en la que rompen las olas.
Precisamente es esto lo que ha ocurrido en la playa del Palmar en la que a partir del aporte de arenas gruesas realizado en 2008 la playa no ha vuelto a funcionar como antaño, pasando de ser una playa intermedia a una playa cuasi reflejante para la altura de ola típica incidente (0.5-2m). Esta transformación del fondo se traduce en que si antes olas de 1 metro rompían de una forma agradable recorriendo una zona intermareal amplia con una pendiente relativamente suave, ahora, al haber aumentado radicalmente la pendiente de la zona intermareal esta es mucho mas estrecha por lo que las olas rompen por término medio más violentamente, más cerca de la costa y con un recorrido más corto. Esto puede cambiar ante la actuación de grandes temporales que cambien el perfil haciéndolo algo más tendido, así las mejores sesiones que se recuerdan este invierno en el Pamar son aquellos swells que llegaban detrás de un gran maretón.
Si se volverá a recuperar el mítico pico del Alferez no es la cuestión a tratar aquí puesto que el daño ya esta hecho. La cuestión es que seguramente las administraciones y gestores involucrados en el proyecto de regeneración no tuvieron en cuenta el comportamiento natural de la playa y como su intervención podría afectar a una cantidad importante de usuarios de esta singular playa andaluza, aquellos que la visitan entre otras cosas por la calidad y frecuencia de sus olas. Alguien me dijo que este invierno el Palmar había muerto, que ya no había esa vidilla que se respiraba a diario, que no se veían ni surferos ni turistas y que los bares estaban vacíos, con mucha playa pero con poca gente.
Quizás es momento de dar un toque de atención a los gobiernos para que se den cuenta que no todo el litoral tiene valor solo por la capacidad de acogida de turistas (más arena=más turistas) si no que también existen otros factores como son la naturalidad, singularidad, belleza paisajística, oleaje o vientos característicos que le otorgan a un entorno un valor añadido, fomentando de esta forma un turismo activo con mucha menor estacionalidad que el tradicional turismo de sol y playa, en definitiva un turismo sostenible y de calidad.
See you in the pocket!!!
2 comentarios:
buenasss!!!. Me ha parecido muy interesante este post, ya que pocas veces se pueden saber cosas como estas, y mejor incluso, q venga de un profesional de esto.Mi pregunta seria ¿ hay numeros medios de los años de regeneracion de los fondos de una playa despues de una burrada como la que nos hicieron en el Palmar?
Creo que esto no deberia pasar mas , en esta sociedad en la que cada vez mas el surf esta metido en ella, y creo que nosotros deberiamos "denunciarlo" , aunque siempre lo denunciemos, pero creo que desde un ambito mas cercano a los que deciden hacer este tipo de cosas.Gracias tambien, porque desde Respect lo estais empezando a hacer y eso es lo que hace falta. Cuantos mas seamos mejor, y cuantos mas protestemos mejor... asi que adelante con lo que estais haciendo que seguro que la mayoria de surfers apoya este tipo de causas, por que son nuestras playas, y lo que nos da lo principal para practicar este deporte.
En Chiclana pasó algo parecido, aunque no lo tenemos del todo claro , por que desde que dragaron el primer año en La barrosa(que yo recuerde) no hemos vuelto a tener olas como las que teniamos antes, y eso da que pensar...
Gracias por cualquier tipo de respuesta a la pregunta formulada antes.
Saludos y buenas olas.
Hola Melenaa!
Seguro que se puede estimar el tiempo que va a durar la arena que han puesto en la playa, pero para eso hacen falta muchos datos relativos al diametro de grano y al oleaje, datos de los que yo no dispongo. Los que hicieron el proyecto deberian saber cuando van a tener que volver a poner arena para mantener la anchura que han conseguido con el ultimo aporte.
Tambien te digo que en gran medida depende de la severidad de los inviernos de los años venideros, si vienen inviernos flojos seguramente la arena ni se mueva, por el contrario si vienen inviernos como el pasado puede que en dos o tres años la playa vuelva a su estado original, que supongo que es lo que todos queremos.
Inshalá!!!
Publicar un comentario